Fortalecimiento de las operaciones de donación de alimentos durante el COVID-19: cuestiones clave y mejores prácticas para los gobiernos de todo el mundo
La pandemia de COVID-19 ha producido una crisis de salud pública, económica y humanitaria sin precedentes en los tiempos modernos. La pandemia ha impactado vidas y medios de subsistencia en todo el mundo, desestabilizando economías y sistemas alimentarios con efectos devastadores en las poblaciones más vulnerables. Como resultado, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió sobre una "crisis alimentaria inminente" que acompaña a la pandemia y pidió a los gobiernos que implementen políticas para mitigar las fallas del sistema alimentario y las preocupaciones sobre el acceso a los alimentos. Evitar los peores resultados requerirá que los gobiernos adopten un enfoque estratégico y multisectorial para reparar las fracturas de la cadena de suministro que están impulsando la pérdida y el desperdicio de alimentos y contribuyendo al hambre y la inseguridad alimentaria. Los bancos de alimentos y otras operaciones de recuperación de alimentos son socios necesarios para este esfuerzo, ya que promueven la recuperación de alimentos excedentes seguros y aseguran que se distribuyan entre quienes más los necesitan. Sin embargo, sin la acción del gobierno, estas instituciones pueden quedar infrautilizadas como parte de la respuesta mundial a la pandemia.
Este resumen informativo se elaboró como complemento del Atlas mundial de políticas de donación de alimentos, una asociación entre la Clínica de Políticas y Leyes Alimentarias de la Facultad de Derecho de Harvard y The Global FoodBanking Network que tiene como objetivo promover políticas sólidas de donación de alimentos como soluciones tanto para el hambre como para la pérdida y el desperdicio de alimentos. Este informe tiene por objeto informar a los gobiernos y a los encargados de formular políticas que abordan los problemas de seguridad alimentaria relacionados con la COVID-19 sobre oportunidades políticas urgentes y efectivas para apoyar a los bancos de alimentos y las operaciones de recuperación de alimentos durante esta crisis mundial. La mejora de estas operaciones permitirá a los gobiernos desplegar rápidamente ayuda alimentaria de emergencia, fortalecer los sistemas alimentarios nacionales y locales, evitar la costosa pérdida y el desperdicio de alimentos y reducir el riesgo de hambre e inseguridad alimentaria.