Para muchas personas en todo el mundo, y especialmente para quienes viven en países de ingresos bajos y medianos, los impactos del cambio climático se han convertido en una realidad innegable. Los desastres como sequías, inundaciones, terremotos y olas de calor son cada vez más frecuentes e intensos. Estos fenómenos meteorológicos extremos están teniendo un impacto significativo en nuestros sistemas alimentarios y la seguridad alimentaria, amenazando la producción, la calidad y la accesibilidad de los alimentos, entre otros.
La relación entre los sistemas alimentarios y el cambio climático es circular y recíproca: nuestros sistemas alimentarios también pueden contribuir al cambio climático. Aproximadamente un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se atribuyen a los sistemas alimentarios, lo que incluye las emisiones generadas por el uso de la tierra, la producción agrícola, la cadena de suministro de alimentos, el desperdicio de alimentos y más. Esto, a su vez, empeora el cambio climático y dificulta el cultivo y el acceso a los alimentos.
Dado que aproximadamente 828 millones de personas se enfrentan al hambre en la actualidad, el impacto del cambio climático en nuestros sistemas alimentarios es una amenaza grave y catastrófica. Sin embargo, los bancos de alimentos dirigidos por la comunidad en todo el mundo están abordando estos dos problemas y son una solución ecológica para mejorar el acceso a los alimentos y mitigar el cambio climático. Siga leyendo para conocer algunas de las formas en que los bancos de alimentos de todo el mundo están innovando para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, promover sistemas alimentarios sostenibles e impulsar una acción climática de alto nivel.
Reducen la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos
El núcleo del modelo de banco de alimentos es la recuperación de los excedentes de alimentos saludables y la orientación hacia quienes los necesitan. Al recuperar alimentos que de otro modo podrían haberse perdido o desperdiciado, los bancos de alimentos están evitando miles de millones de kilogramos de gases de efecto invernadero (GEI) entren en la atmósfera. Aquí hay algunas formas únicas en que los bancos de alimentos están recuperando los excedentes de alimentos en sus comunidades:
Apoyo a los sistemas alimentarios locales
Los sistemas alimentarios más resilientes están arraigados en contextos, entornos y comunidades locales. Muchos bancos de alimentos están trabajando para crear sistemas alimentarios sostenibles mediante la obtención y distribución de alimentos cultivados localmente. Los pequeños agricultores a menudo dependen de prácticas agrícolas tradicionales que promueven la conservación y la biodiversidad, y al asociarse con ellos para asegurar los alimentos, los bancos de alimentos apoyan la economía alimentaria local. Además, los gases de efecto invernadero se mitigan al reducir la distancia que recorren los alimentos para llegar a las personas que más los necesitan.
Impulsando la Concienciación y la Acción Climática
Debido a que el modelo de banco de alimentos está en una posición única para abordar el desperdicio de alimentos y el cambio climático, los bancos de alimentos pueden aprovechar sus asociaciones para mitigar el cambio climático de manera sistémica. Al involucrar a personas, empresas y legisladores para que adopten políticas y se comprometan a reducir el desperdicio de alimentos, los bancos de alimentos están ayudando a crear un futuro más sostenible y resistente al clima. Si bien los bancos de alimentos pueden ayudar al mundo a volver a encarrilarse con nuestros objetivos climáticos y contra el hambre, se necesitará la cooperación de todas las partes interesadas para lograr el progreso.
El cambio climático es uno de los problemas más apremiantes que enfrenta el mundo hoy en día y seguirá afectando los sistemas alimentarios y los medios de subsistencia en todo el mundo. Ahora más que nunca, es fundamental reconocer el papel que desempeñan los bancos de alimentos para mitigar la pérdida y el desperdicio de alimentos y aliviar el hambre.